Comunicado: Foro Ciudadano por la salud de los pueblos, 4 de marzo 2021
Durante al año 2020 la sociedad guatemalteca vivió un ambiente de permanente zozobra, con registros de la enfermedad confusos y en oportunidades incoherentes que mostró al ejecutivo en una situación anárquica, situación que aún prevalece con
el engaño de perdida de medicamentos y vacunación de “vacunas fantasmas”.
A 2 meses del año 2021 se simula que la pandemia Covid-19 en Guatemala ya se superó, sin importar las vidas perdidas y que los hospitales públicos se mantengan a tope, situación que se agrava con el grave déficit de acceso a la vacuna para prevenir el contagio.
Reconocemos la importancia de haber aplicado ya 702 dosis de la vacuna al personal del Hospital Roosevelt y otros hospitales públicos, pero cuestionamos el lento proceso para contar a su tiempo con dichas vacunas para toda la población la distribución
concentrada y excluyente hasta el momento.
Y mientras llega la vacuna, llamamos a seguir con las medidas, de sano distanciamiento, uso adecuado de mascarillas, lavado de manos, solidaridad y alegría para dar y recibir.
Hacemos un llamado al gobierno a garantizar el acceso a la vacuna para la prevención del Covid-19 y a la población guatemalteca, asumir su rol de portador de derechos, demandando mejoras sustanciales a los servicios públicos de salud, atender las medidas de prevención y cuidado de su salud.
Iniciamos el año 2021 con la continuidad de la pandemia provocada por el Covid-19 la cual, a febrero 2021, ha cobrado la vida de 6,150 guatemaltecas y guatemaltecos. Se han infectado 167,383 personas y los hospitales nacionales, regionales, departamentales y temporales han sido rebasados en su capacidad. Centros y puestos de salud abandonados por el gobierno central y por tanto sin capacidad de respuesta pronta y eficaz. La red de servicios públicos de salud ha sufrido mayor deterioro y se mantiene al borde de su capacidad, con personal insuficiente y agotado que continúa atendiendo a la población afectada a pesar de las precarias condiciones para desarrollar su trabajo.
En Guatemala según información de la ministra de salud ya hay un plan de vacunación y se están haciendo las gestiones a través del mecanismo Covax para acceder a las vacunas. En la primera etapa se vacunará al personal de salud con mayor exposición al
virus y trabajadores esenciales. En esta primera etapa fue reconocido el aporte de las abuelas comadronas por la ministra de salud en reunión sostenida con la organización Nim Alaxik confiamos en su palabra. También es indispensable reconocer el aporte de
promotores, promotoras y animadores de salud que están al servicio de las comunidades.
Es hasta cierto punto providencial conocer qué el hospital Roosevelt se hayan aplicado ya 702 dosis de la vacuna a su personal, igualmente se estén administrando al personal de los hospitales San Juan de Dios, Villa Nueva y temporales de Quetzaltenango y Parque de la Industria,2 gracias a las donaciones de dosis provenientes de la india e Israel. Como Foro Ciudadano por la Salud de los pueblos cuestionamos el lento proceso para contar a tiempo con dichas vacunas, la distribución concentrada y excluyente, el abandono del Estado Gobierno a las comunidades históricamente excluidas de los beneficios de los servicios públicos de salud y de oportunidades de desarrollo. Ello se evidencia por el acelerado empobrecimiento de las familias y las dificultades para ser atendidos de manera pronta y humanizada cuando se padece de alguna enfermedad, situación que empeoró con la pandemia generada por el covid-19.
Por la paupérrima situación de salud por la que atraviesa la mayoría de la población insistimos en demandar cambios profundos en el sistema de salud, elevar la capacidad de respuesta del sistema público de salud en el segundo y primer nivel de atención sin desatender el servicio hospitalario.
La pandemia ha desnudado las carencias de la red de servicios públicos de salud, ha afectadotodas las áreas de desarrollo social, económico, político; provocado miedo e incertidumbre en la comunidad internacional y en el ámbito nacional, en la población, sus comunidades, zonas y barrios marginales, en las organizaciones sociales y con perfil bajo, las universidades y centros de pensamiento; es tiempo de asumir nuestro rol ciudadano y disponernos a luchar por un sistema público de salud fortalecido y humano.
La fortuna de contar con centros de investigación científica, tanto pública como privada en el ámbito internacional, demuestran, a nivel mundial, que puede contenerse la enfermedad y avanzar en el desarrollo de nuestras sociedades. Evidentemente, la capacidad de gestión de nuestro Estado no permite visualizar el encuentro entre los servicios especializados de la comunidad internacional con nuestras necesidades.
Por información de la ministra de salud, se conoce de la existencia de un plan de vacunación sin vacuna que administrar. Esto es importante destacarlo, dado que se prevé atender al personal de salud que prestan sus servicios en la primera línea e ir de forma gradual cubriendo las necesidades priorizadas en ese plan. De ser así, sin exclusividades y sin pacientes o médicos fantasmas podría darse buenos servicios hasta regularizar su aplicación a toda la sociedad guatemalteca, extranjeros radicados e inclusive solicitar certificación de vacunación a turistas.
Por otro lado, se observa que, el plan no contempla a personal de organizaciones sociales que prestan atención en salud de manera directa. Por lo que se hace necesario indicar, por este foro de salud, que debe considerarse prioritario la vacunación de las Abuelas Comadronas, miembros de la organización Nim Alaxik, promotoras, promotores y amadores de salud, dada la importancia en la prestación de dichos servicios, situación que ha sido reconocida por la ministra de salud, organizaciones nacionales e internacionales y sectores académicos y este foro de salud.
Es hora de reconocer, con humildad, que actuar de manera aislada, lejos del acompañamiento social y de sus organizaciones que trabajan en el sector de salud, mantendrá la zozobra, anarquismo y deficiencia. Es hora que prevalezcan los principios de humanidad, sensibilidad, y desinterés económico para dar un paso a la comprensión y trabajo multi y transdiciplinario.
Yo me vacuno por mi salud y mi vida, y por tu salud y tu vida, asumo mi derecho y mi deber ciudadano. Demandemos mejoras sustanciales a los servicios públicos de salud, en nuestro rol de portadoras y portadores de derechos.