Por Jorge Mario Salazar:
Temo le decían en su tierra por Artemio y después por todo Huhuetenango y los territorios en resistencia. Temo se convirtió en el símbolo de la lucha contra la opresión y le hicieron un corrido, siguiendo la tradición huehueteca. Cuando lo capturaron y lo encarcelaron injustamente por mediar en conflictos entre comunidades y transnacionales, sus enemigos solo lograron unificar las luchas en una voz: ¡Libertad para Ruben Herrera!, pero esa solo fue una de sus últimas batallas. A los 22 años ya era un dirigente estudiantil destacado de las ciencias y como político a favor de una enseñanza en contacto con la realidad y compromiso con el pueblo.
Ese compromiso lo llevó junto a otros universitarios a la conformación de una vertiente guerrillera -Nuestro Movimiento- que culminó sus días como Movimiento Revolucionario del Pueblo Ixim, cuya historia quedó oculta por las posiciones hegemónicas de quienes tienen la lucha revolucionaria como propiedad privada y crearon una «historia oficial». Esa etapa de reflujo revolucionario siguió impulsando una resistencia con las escasas fuerzas que le quedaban a la organización. Allí fue conocido como Guillermo.
En este siglo 21 participó en la última gran plataforma unitaria entre la «izquierda política y la izquierda social». Crítico de la derrota revolucionaria y la decadencia ideológica de las dirigencias. Aquel intento fue, para variar un fracaso ante la negativa de las organizaciones políticas de abrirse a la refundación de las luchas revolucionarias.
Desde ahí, Ruben Artemio Herrera, regresó a sus bases. Un ingeniero con pensamiento campesino, marxista hasta la necedad, crítico acérrimo del autoritarismo, el subjetivismo y el reformismo. Teórico de la revolución y ávido lector de todo manifiesto, novela y tratado. Compañero fraternal y radical.
Hoy se fue. Como todos tenemos que hacerlo algún día. ¡Nos vamos a morir todos! Decía con alegría para retar la vida. A sublevar a las flores y los pájaros, de regreso a la tierra que tanto amaba, a nutrirse del humus y a fusionarse con este para hacer que germinen las semillas del mundo imposible.
Dejo caer un chorrito de guaro a suelo para que te sepa mejor la tierra, sorbo un café de altura, estrictamente duro con tres semillas de cardamomo y te digo adiós, Temo, Chino, Guillermo, Rubén Herrera en el humo aromático que juntos disfrutamos muchas veces
Descansa en paz, hermano